martes, 6 de marzo de 2012

Fisiología 101 o cómo funciona la máquina que mueve tu bici


Amigos, disfruten este pequeño relato de sabrosa fisiología narrada con dificultad por un ingeniero.

El ciclismo es un deporte sobre un vehículo que es movido por una máquina que trabaja con adrenalina.

 Nuestro cuerpo, piernas, tronco y brazos, apoyado en el manubrio y en el sillín, acciona los pedales para conseguir el avance de la bicicleta. El motor de nuestro cuerpo es ciertamente el corazón, un músculo fascinante que se contrae y se expande de forma rítmica sin parar (bueno, eso les deseo a todos!), y está empacado por una buena cantidad de mitocóndrias, que son pequeños órganos productores de energía.

Básicamente, el corazón es una bomba que impulsa sangre, oxigenada por los pulmones, y que luego es irrigada por todo el cuerpo, y en nuestro caso en especial a los músculos de las piernas. Venas y capilares hacen el trabajo de traer de nuevo al corazón la sangre ya cargada con CO2 como resto de los procesos que producen energía. El CO2 se remueve de la sangre en el corazón y se va a los pulmones para ser exhalado. Luego la sangre se vuelve a oxigenar con la respiración y el ciclo vuelve a empezar.

La adrenalina es una hormona ubicada en la parte superior del corazón que actúa como una bujía que da impulsos eléctricos para mantener activa esta maravillosa bomba.

Medimos la intensidad de trabajo del motor de un carro en revoluciones por minuto. De forma similar, la intensidad de nuestra bomba la medimos en pulsaciones por minuto, y para hacerlo nos valemos de la avanzada tecnología de un pulsómetro.

Existen en la actualidad tres formas de medir la intensidad del entrenamiento, a saber: 

a) La tasa de ejercitación percibida (RPE, por sus siglas en inglés),
b) Las pulsaciones del corazón, y
c) La potencia con que hacemos avanzar la bicicleta con las pedaladas.

La primera está obsoleta, aunque no negamos que Miguel Indurain
usándola ganó varios de sus 5 Tour de France. La segunda es considerado lo básico para no entrenar a ciegas y saber qué estamos haciendo. En combinación con un medidor de cadencia es una herramienta sumamente útil.  Finalmente, el potenciómetro es el estándar dorado del entrenamiento moderno. Combinado con un pulsómetro,un medidor de cadencia y un adecuado plan de entrenamiento, hace de ti el mejor ciclista que pudiste ser (al menos eso prometen los autores y ciclistas que lo usan). En cualquiera de los casos, medir la intensidad con la que trabaja nuestra máquina será fundamental en nuestro plan de entrenamiento.


Me despido. En Fisiología 202 aprenderemos las formas de producir energía en nuestra máquina y cómo empezar a relacionarlas con el entrenamiento y la carrera.

Freddy.

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