miércoles, 7 de marzo de 2012

Los pinchazos en el ciclismo son como la vida misma


En Coro, no sé en otros lugares, la mayoría de las carreras son así, el viernes en la tarde te enteras que hay una carrera el domingo. Y no hay que protestar porque en los últimos años las carreras aquí son más bien pocas. Así que más bien hay que asistir en masa con la mejor disposición y felicitar y colaborar con los organizadores en lo que más se pueda; esto garantiza la continuidad.

Ese domingo no estaba seguro si iba a haber carrera pues los MTB organizaron—ese mismo día—una carrera con recorrido 80% de asfalto con premios en metálico, y varios de los ruteros prometieron ir allá a sacarles la tarea a los montañeros. Le dije a mi esposa que no me acompañara a la carrera porque no era segura y si no había entonces me iría a pagar las 3 horas que todavía debía de las 20 de la semana.
Finalmente hubo la carrera. Vinieron ciclistas del Zulia, Dabajuro (bueno, que son falconianos que hablan maracucho, jeje), y Punto Fijo. En categoría Máster B competí con otros cuatro ciclistas, dos de ellos conocidos adversarios de postín en esta categoría, pero que yo sabía que no estaban en su mejor momento de entrenamiento (bueno, al igual que yo). 

Nos dieron la partida, juntos a los Élite con los Máster, bajo un inclemente sol de 10 y media de la mañana, y con una brisa fuerte y sostenida de este a oeste. En nuestro caso, Máster B, informaron que la carrera sería de 8 vueltas al circuito de 3.5 km en una parte de la Avenida Ramón Antonio Medina de Coro.
Luego de la primera vuelta al circuito salió un ataque de los B, que anulamos casi de inmediato. Yo estaba cumpliendo mi plan inicial, mantenerme en el lote y hacer un intento de escapada en cada vuelta solo para probar cuánto aguantaba. Como les he dicho antes, a este punto estoy lejos de los entrenamientos en zonas de tolerancia de lactato, así que mis escapadas no son en serio.
En la tercera vuelta me escapé contra el viento con el procedimiento estándar, es decir, partes duro desde la cola del lote y sostienes. Al recortar para la dar la vuelta miré atrás esperando tener al lote conmigo…pero no había nadie O.O.

Me dediqué a hacer entonces lo que más me gusta del ciclismo, correr solo a paso sostenido. Disfruté mucho controlar mis pulsaciones, mantener la velocidad, sostener la posición aerodinámica en contra del viento por varios minutos, tomar las vueltas. Bueno, todo hay que decirlo, disfruté también pararme en barra (simulando que le estaba dando duro), para que mis cansados adversarios sufrieran más al verme…eso se llama machacar o desmoralizar (no es nada personal, es parte del deporte).

Faltando vuelta y media para terminar, con una considerable ventaja en la escapada, con los míos cansados y yo enterito, me vino a visitar San Pinchazo "El Inoportuno" y tuve que atenderlo; ya saben cómo se pone de antipático en un circuito cerrado. Fin de la carrera para mí. Pero fue falta mía porque en el giro de la vuelta 6 pelé el pedal y como no quería enganchar de nuevo, tuve que mirarme los pies como cuando pierdes el paso bailando salsa, y ¡pam!, me le metí inadvertidamente a una alcantarilla; lo que más tarde creo que originó el pinchazo. Lo pude haber evitado pues bastante que Jovanny Amaya me dijo que cambiara las calzas de las zapatillas y que no caminara con ellas.

Les confieso el duro golpe para el ego. Sobre todo cuando ves una mesa llena de preciosos trofeos y sabiendo que merecías que uno tuviera tu nombre, y que lo perdiste posiblemente por tu torpeza y falta de cuidar los detalles.

Pero el ciclismo enseña así una gran lección de vida. Es un deporte duro donde, para ganar, no solo depende de ti, sino de otros múltiples factores que están fuera de tu control. De modo que hay que levantarse y no perder el ánimo. Aplaudir a los organizadores y felicitar a los vencedores. Enseguida hay que concentrarse en la tarea, en los objetivos de la carrera. Mi evaluación es que el mesociclo de Base está dando sus frutos; la capacidad aeróbica del mi sistema cardiovascular, esa que es la base de tu performance, está aumentando progresivamente. Los sinsabores de estas carreras de entrenamiento están ayudando a fortalecerme mentalmente y a corregir detalles que luego marcan la diferencia.

La noche de ese domingo estaba ya encima del rodillo pagando las horas que debía de la semana. Probablemente me estoy haciendo un mejor ciclista, pero de lo que estoy seguro es que el ciclismo me está haciendo una mejor persona. ¡Pa’lante!

Freddy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario