miércoles, 29 de febrero de 2012

¿Qué hacer cuando todo te sale mal?

Hoy tuve que caminar descalzo con mi bicicleta aproximadamente 1 km por el asfalto irregular de la Coro-Churuguara, y luego esperar el rescate de mi esposa por una hora en el quiosco verde de El Limón; el caucho trasero simplemente explotó.

Mientras me lamentaba del infortunio empecé a concatenar recientes percances: compré un manubrio de fibra de carbono usado (sin garantía) y solo me duró 3 meses, perdí dos GPS Garmin en menos de un mes participando en carreras y ya no tengo cómo monitorear mi entrenamiento justo en una semana de más de 20 horas de entrenamiento, cuando me lucía en una carrera con el campeón nacional de mi categoría, caí en inadvertidamente en un hueco, salió volando mi GPS y lo pisó un carro, y además pinché. Pero el colmo de mi “mala suerte” fue anoche que, entrenando en mi rodillo, pinché del caucho trasero. Probablemente soy el único ciclista del Cosmos que ha pinchado en un rodillo.

Llegado a este punto cualquier cristiano podría pensar que tiene mala suerte o alguien con un extraño sentido del humor le hizo un muñequito vudú y lo volteó de cabeza. Sin embargo, indagando con ciclistas expertos me recomiendan que no le haga caso a esto, que son ciclos de cosas que pasan, que por qué más bien no le presto atención a los periodos de tiempo cuando todo sale bien, que no caiga en esa trampa, etc.

Sé que tú que me lees también has pasado por esto y escribo este artículo para compartir y para ayudar en este sentido. Cuenta Anthony Robbins, un gurú de la autorealización, que en la vida no hay fracasos, sino resultados. En ese sentido quiero recomendarles su método para salir de situaciones como las que les narro, se llama Condicionamiento Neuroasociativo (NAC, por sus siglas en inglés).

El método tiene seis pasos: 1) Define qué es realmente lo que quieres, 2) Consigue un apalancamiento, 3) Interrumpe el patrón limitante, 4) Crea una nueva alternativa de empoderamiento,  5)  Acondiciona el nuevo patrón, y 6) ¡Pruébalo!

En nuestro caso de la “mala suerte” ciclista aplicaría de esta manera:

¿Qué es lo que quiero realmente? Convertirme en el mejor ciclista que pueda ser, en mi caso, en un campeón.

Apalancamiento: Le pasa a los grandes, te tiene que pasar a ti también que eres un grande (sólo que todavía solo tú lo sabes, jejeje).

Interrumpe el patrón limitante: Ríete de lo que te sucede. Sí, ningún ciclista en el Cosmos ha pinchado en un rodillo. ¡Eres grande hasta en eso! Réstale importancia. Visualiza la situación que te afecta y caricaturízala en tu mente. Has que pierda color, tamaño, intensidad, bájale el volumen hasta que ya no se escuche.

Crea una nueva alternativa que te llene de poder. Cíñete a tu plan de entrenamiento; vuelve a él, a tus metas del año; repasa su contenido, las características de cada una de las fases que lo componen; repara en el por qué de tus ejercicios; reevalúa tus resultados. Para cambiar de velocidad tienes que vencer la inercia; de modo que esto que te sucede es natural. Habla con un ciclista exitoso; modélalo.

Acondiciona tu nuevo patrón: Tu nuevo patrón es tu plan. Sin plan estás perdido. Tu plan te dice qué vas a hacer cada día y cómo lo vas a hacer. Registras con tu tecnología lo que has hecho y el fin de semana con más tiempo evalúas (tú solo o con tu entrenador, si tienes la fortuna de tenerlo). Emociónate con tu plan de entrenamiento. Habla de él. Lee, aprende, comparte y disfruta cada vez más de este maravilloso deporte. Con todo esto conseguirás reforzar este nuevo patrón para que se quede en ti.

Finalmente, ¡Pruébalo! Vamos, sal a la ruta, a tu rodillo o al gym, y a seguir practicando con la seguridad de que absolutamente todo aquel que tiene un buen plan y lo sigue con constancia, eventualmente conseguirá el éxito en sus objetivos.

Parafraseando a Tony Robbins, usa el poder ilimitado de tu mente y despierta ese gigante que llevas por dentro.

¡Nos vemos en el próximo!

Freddy.

lunes, 27 de febrero de 2012

XIX Clásico Virgen de La Candelaria: Reporte de un ciclista novato

¡Saludos, amigos! Les escribo apenas regresando de Valencia luego de participar en el XIX Clásico Ciclístico Virgen de La Candelaria, llevado a cabo este domingo 26 de febrero desde el pueblo de San Diego y a través de la variante de Yagua.
Una verdadera fiesta del ciclismo de ruta que, según reportes de los organizadores, reunió a más de 400 ciclistas venidos de todas partes de Venezuela que persiguieron los millonarios premios y bolsas de comida para los primeros 10 lugares en las categorías desde Élite hasta Máster C.

De Coro participamos José Pontiles “Manilla” (Máster C), Gusseppe (Máster C), Freddy Sánchez (Máster B), Massimo Zenessi (Máster A), Rober y Ñoño Lugo (Élite). Destacamos la participación de todos por el esfuerzo de llegar hasta allá y culminar la carrera, pero en especial la de Massimo “El Italiano” que finalizó décimo en esta muy competida carrera, y se ganó su respectiva bolsa de comida. Un nuevo premio a la constancia y al que tiene un plan de entrenamiento y lo sigue con seriedad. Muchas felicidades para él y para su entrenador y archiconocido ciclista nacional Jovanni Amaya.

Ahora voy con mi reporte novato…

Un domingo con un sol y clima fabulosos para una carrera. Llegar a la plaza de San Diego y encontrarte cientos de ciclistas calentando, vistiéndose y alistándose para la carrera es algo que te impresiona y te intimida, sobre todo cuando no conoces prácticamente a nadie. Gracias al apoyo de mi esposa y fiel compañera de estas nuevas lides ciclísticas el momento se me hizo más llevadero. Luego de inscribirme y empezar a saludar a la gente de Coro y a unos carabobeños que habíamos visto en la pasada carrera de Cheo La Miona en Coro, fui tomando más confianza.

Dieron finalmente la partida para la categoría B y empecé la carrera con nerviosismo (que es una buena señal en mi experiencia como conferencista). Luego de salir de San Diego el grupo dejó la tranquilidad inicial para poner un paso impresionante que llegó a ser de hasta 63 kph, según la última vez que vi mi gps Garmin en mi manubrio (sí, otra vez perdí mi gps en carrera).

Luego de culminada la primera vuelta, de un total de dos y media, al circuito, descubrí las grandes dificultades que iba a tener la carrera, a saber: la brisa fuerte en el sentido hacia Maracay, los asensos a la autopista desde los pasos a desnivel, el pésimo estado de la carretera en la variante de Yagua, y los constantes arrancones de los ciclistas como estrategias de equipo.

De acuerdo con mi plan anual de entrenamiento (ATP 2012), esta carrera no es uno de mis tres objetivos principales y ocurre apenas en mi cuarta semana del período de Base. Para participar en esta carrera, mi primera fuera de Falcón, me planteé objetivos en función de tareas, unas nominales y otras medibles:

Tareas nominales: Conocer el ambiente ciclístico en el centro del país (catalogado como el más fuerte); ciclistas, directivos, equipos, bicicletas, repuestos, productos energizantes, etc. Experimentar el trance del viaje, la llegada al sitio de la carrera, inscripción, vestida, puesta a punto para la carrera. Todo esto lo cumplí.

Tareas medibles: Andar al ritmo y llegar con el pelotón principal. Practicar el ascenso a colinas. Interactuar con el pelotón haciéndome lugar dentro del mismo haciendo contacto con los hombros y codos. Participar en escaramuzas de persecución y demarrajes. Registrar la ruta, velocidad, y las pulsaciones a lo largo de toda la carrera. Sumar hora y media al entrenamiento de la semana.

Cumplí casi todas mis metas medibles también (excepto el registro de la ruta por haber perdido el gps), haciendo la salvedad también de que en los asensos a las colinas me equivoqué dos veces de un total de seis, pero me dio gusto que mis lecturas, y sobre todo la magistral explicación de Manilla y Amaya en los entrenamientos me hubieran ayudado tanto a salir exitoso de esta importante fase de la carrera.

Finalicé estupendo, haciendo sprint final con el gran lote principal que contenía al campeón nacional B, Ramón Aguilar, aunque los primeros lugares ya habían llegado.

En el aspecto técnico, lo que más destaco de mi performance en la carrera fue la capacidad de recuperarme luego de los errores de en los asensos y de las escaramuzas de persecución en la punta del pelotón; una consecuencia, sin duda, de los largos fondos por debajo de Zona 3 (aeróbica) en este periodo de Base de mi entrenamiento.

Les abrazo y espero que este relato sin valor les pueda servir de ayuda.

Freddy.

Primeros pasos para modernizar el entrenamiento de ciclismo de ruta en Coro (Parte I)

Aunque he practicado el ciclismo de ruta como aficionado de forma intermitente desde 2002, es recientemente que me he tomado más en serio este maravilloso deporte, y lo he atendido diría que casi con la misma pasión y dedicación con que estudio los suelos y las mezclas asfálticas en mi trabajo profesional. Vivo y practico el ciclismo en Coro, Edo. Falcón, Venezuela, que es una ciudad con el privilegio de tener en su vecindad rutas de todo tipo, planos en contra del viento, torturadores mixtos, empinadas montañas con ascensos totales de hasta mil metros, y sus combinaciones. Además, el ciclismo de ruta tiene una tradición muy arraigada por años en la ciudad, y en consecuencia hemos tenido muy destacados ciclistas, y contamos hoy día con atletas muy habilidosos, además de una la fabulosa cantera de chamos entusiastas. Quien dude de la pasión que genera el ciclismo de ruta en la ciudad, permítanme remitirlo al Clásico del Día del Comerciante en la Avenida Manaure el pasado 2 de enero 2012. Sin embargo, por lo que he podido ver, apartando contadas y honrosas excepciones, los ciclistas de Coro en este momento no somos de los más destacados a nivel nacional, y sospecho que una de las razones sería nuestra forma de entrenar. 

Gracias a un maravilloso regalo navideño, un lector de libros electrónicos Amazon Kindle, he podido leer en pocos meses de las mejores publicaciones recientes (de 2010 a la fecha) sobre entrenamiento de ciclismo de ruta. Autores reconocidos como Robert Panzera, Joe Friel, Hunter Allen, Willard Peveler, Nancy Clark, y Joe Charmichael, y softwares de entrenamiento profesional para atletas de alto rendimiento y entrenadores como Training Peaks (www.trainingpeaks.com) me han permitido ver una realidad que no conocía. Permítanme hacer un diminuto bosquejo de lo que fundamenta, según estos autores y su experiencia con equipos olímpicos y profesionales en los EEUU, Europa y Canadá, el entrenamiento moderno del ciclismo de ruta. 

El entrenamiento moderno está basado en el concepto de periodización, la fisiología del atleta, nutrición para deportes de resistencia (como ciclismo, triatlón, maratón y natación), y la psicología del atleta. La fisiología del atleta se refiere a establecer el umbral entre las dos formas en las que el cuerpo humano produce energía para pedalear, la aeróbica y la anaeróbica; este umbral se define con pruebas en rodillo o en ruta con ayuda de la percepción del ejercicio, el pulsómetro, o más modernamente con un medidor de potencia que produce el ciclista en la bicicleta (potenciómetro), y hasta con punciones en el lóbulo de la oreja para determinar concentraciones de lactato en la sangre; sobre esto me referiré con más detalle en otro artículo.

La periodización consiste en dividir el tiempo que va desde el inicio de la temporada hasta (y después) de la carrera o evento en que se quiere participar o destacar, en periodos o mesociclos compuestos de semanas (microciclos) donde el entrenamiento se orienta a un fin específico. Estos mesociclos son base (el más largo, de 8 a 16 semanas), construcción (3 a 9 semanas), afinamiento (2 semanas), carrera (1 a 2 semanas), y transición (2 semanas). En el mesociclo de base se atiende el trabajo de “la máquina” en rango aeróbico y las visitas al gimnasio para buscar potencia y resistencia en los músculos, mientras que en el mesociclo de construcción el objetivo es mejorar la tolerancia al lactato (zona anaeróbica) con los ejercicios de intervalos, y simular situaciones de carrera a ritmos intensos en parte del recorrido. En el mesociclo de afinamiento, regularmente, se baja el volumen (horas de entrenamiento) manteniendo la intensidad del mesociclo de construcción, buscando esa a menudo escurridiza forma física ideal para la carrera. La fase de carrera sirve para enfocarse en la parte psicológica y en el repaso de las estrategias y golpes tácticos durante la carrera. Finalmente la transición significa bajarse de la bici un par de semanas y hacer otra cosa (nadar, correr) con baja intensidad para que el cuerpo y la mente descansen antes de comenzar un próximo ciclo de entrenamiento. Prometo ahondar en esto en un próximo artículo. 

Un ciclista de ruta debe comer de forma balanceada como cualquier persona normal, sólo que la ingesta de carbohidratos (que sirven para producir energía) es sustancialmente mayor. La nutrición también cubre el importante (y muy comercial) aspecto de los complementos y suplementos alimenticios, así como los productos recuperantes. 

La psicología cubre una vasta gama de aspectos, pero quiero referirme hoy a que el atleta debe saber que existen dos grandes “dioses” en el entrenamiento y la carrera, el ego y en la tarea. Para que me entiendan, el ego es cuando estás entrenando con tu plan en la ruta y te pasa por un lado tu archienemigo en bailarina a 45 kph, voltea y te esboza esa sonrisa malvada. Te picas y te le pegas atrás solo para que al llegar a Coro no empiece él a hablar paja de que te dejó botado…aunque botado quedó tu entrenamiento. Por el contrario, enfocarse en la tarea significa reconocerte como ciclista maduro y serio, obediente y voluntarioso para cumplir al pie de la letra el entrenamiento, porque es eso lo que te va a hacer mejorar tu condición física. En Maracaibo dicen: “si viene el polero (heladero) con su sonajita, dejálo pasar”, en referencia a la situación que les acabo de describir. También voy a escribir en el futuro de este tema tan rico en anécdotas y con tan interesantes consecuencias para nuestro entrenamiento. 

Para finalizar este contenido les traigo la ecuación fundamental de la condición física en deportes de resistencia, citada por Joe Friel en su libro “Entrenamiento total con pulsómetro”. 

Condición física = Descanso – Entrenamiento 

Es decir, que el descanso, ya sea activo o pasivo, debe superar al entrenamiento (intenso) para que la condición física siempre esté en ganancia. Cuando el entrenamiento supera al descanso, viene la debacle de la condición física producida por ese temible enemigo del ciclista llamado sobreentrenamiento. 

Si me preguntaran, Freddy, si pudiéramos recordar y aplicar solo una cosa de tu artículo, cuál querrías que fuera, yo diría, esta fórmula. 

En la Parte II de este artículo, que publicaré la semana que viene, contrastaremos esta práctica recomendada con lo que hacemos aquí en Coro. Espero sus comentarios. Saludos respetuosos a todos.